Mucho en juego: Irán, Israel y... | Irán Hoy
La guerra en Asia Occidental ha entrado en una nueva fase. Israel ha desviado su foco de atención de HAMAS a Hezbolá, trasladando el conflicto de Gaza al sur de El Líbano. La explosión de millas de artefactos pertenecientes a miembros de Hezbolá provocó un elevado número de bajas en las filas del grupo.
Al mismo tiempo, Israel ha priorizado el asesinato de altos comandantes de esta organización, iniciando oficialmente la guerra con duros ataques a las posiciones de Hezbolá en El Líbano.
El 27 de septiembre, el régimen israelí asesinó a Seyed Hasan Nasralá, líder de Hezbolá, en una importante escalada del conflicto con el grupo de resistencia libanés. Este hecho ha acercado a la región a un conflicto mucho más amplio, ya que provocó una respuesta militar por parte de Irán.
La República Islámica de Irán, como aliado estratégico de Hezbolá frente al aventurismo israelí en la región, se vio obligada a llevar a cabo una operación militar contra el régimen.
El 1 de octubre, el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica lanzó cientos de misiles contra el corazón de Israel en respuesta a los asesinatos de Ismail Haniya, jefe de HAMAS, en Teherán, de Seyed Hasan Nasralá, y del general del CGRI Abás Nilforushan, según afirmó Teherán.
La Operación Promesa Verdadera 2 se llevó a cabo con más del 90 % de éxito y cumplió con las leyes internacionales. Su objetivo era disuadir a Israel de una mayor escalada de violencia, actuando bajo la Carta de las Naciones Unidas, ya que Irán solo apuntó a objetivos militares y de inteligencia, sin incluir sitios civiles en sus ataques.
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